¿Por qué se detiene el tiempo cuando estamos cerca de la muerte?

Acabo de leer un buen artículo que me envió mi hermano en pijamasurf.com con el que vale la pena retomar el siempre abandonado blog. El artículo discute la conocida experiencia en la que el tiempo se detiene cunado estamos ante la inminencia de un peligro muy grave, como en un accidente de tráfico.

Esta suspensión del tiempo está asociada a la atención. En la vida diaria, nuestra atención está en mil cosas ajenas a lo que nos rodea en el momento. Caminamos las calles pensando en nuestro destino, comemos pensando en lo que vamos a hacer al regresar a la oficina. Pero la inminencia del peligro concentra de súbito nuestra atención en el momento presente. No hay nada en el universo más importante para nosotros que lo que está ocurriendo en esa milésima de segundo.

Lo que cambia en ese momento es el ritmo con el cual procesamos información sensorial. Al estar nuestra mente ocupada en sus asuntos, la cantidad de información acerca del entorno que se procesa a profundidad es limitada. Algunas personas al caminar incluso desconocen a los amigos con los que se cruzan. Por el contrario, con la atención concentrada por entero en el momento, gracias al peligro inminente, muchísima más información se procesa y se puede de recordar más tarde. Esto crea una sensación de «estar en el momento» que es sumamente gratificante (dejando de lado que pueda ser producto de un peligro). A esta sensación de «presencia» es fácil hacerse adicto, como lo atestiguará cualquier adepto a los deportes extremos.

Enfrentarse al peligro es el camino corto a la experiencia del momento. Ya saben: siempre hay un camino corto y peligroso y uno largo y seguro. El camino largo pero seguro a la experiencia de vivir el momento es la meditación. La meditación no sólo es segura, viene acompañada de muchos otros beneficios que la experiencia del peligro no tiene.

Al igual que muchas otras personas, yo creo que, efectivamente, enfrentar el peligro inminente puede ser una experiencia transformadora, sin embargo, por ser súbita, el sujeto puede no estar preparado para asimilarla. No pasará de ser una experiencia gratificante. Si la experiencia se da en el marco de la meditación, la paciencia, la capacidad de reflexión adquiridas, por nombrar solo algunos beneficios de la meditación, servirán para asimilar mejor la experiencia.

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